Frágil, pura, inocente y fría como el hielo. Un soplo de viento la balancea, la mece y acompaña en sus sueños…pero indestructible lucha y perpetúa su espíritu. Nada la hace temblar salvo ella misma, su miedo vive, duerme y baila con ella. ¡Deja que salga, deja que vuele y extienda sus negras alas! Ríndete a la oscuridad y siente su frenesí. Ahora ya es tarde dulce niña, has caído en sus redes…bella y psicótica acompaña sus pasos y siente su ardiente tacto. Mi dulce dulce niña…tuya es la gloria, la princesa de los cisnes.