Bella. Simple y arrolladoramente hermosa. Tierna. Inocente. Pura. Auténtica. Verdadera. Emocionalmente devastadora. Simplemente soberbia.
Call me by your name (Luca Guadagnino, 2017) ambientada en los años 80 narra la historia de un adolescente de 17 años llamado Elio. Joven intelectual que veranea con su familia en el norte de la bella Italia. A este verano se les une Oliver, un universitario al que ha invitado el padre de Elio a pasar las vacaciones en su villa con el objetivo de terminar su doctorado en cultura grecorromana.
Basada en la novela de André Aciman (2017), Call me by your name ha entrado en todas las listas de mejores películas del año 2017. Los Oscar también la han querido tener en cuenta, otorgándole cuatro nominaciones: Mejor Película, Mejor Actor (Timothée Chalamet), Mejor Guión (de James Ivory) y Mejor Canción (The mistery of love, de Sufjan Stevens).
Hablar o morir.
La pura inocencia de la adolescencia retratada en sus ojos. Ojos que se preguntan, se inquietan y buscan respuestas a sentimientos que nacen. ¿Está bien esto que estoy sintiendo? ¿Soy un bicho raro? ¿Algo va mal en mi interior?
La belleza retratada en cada fotograma, Call me by your name es pura delicadeza, sentimiento, emoción y descubrimiento. El primer amor de verano en el que todos nos hemos sumergido en alguna ocasión, esos nervios, esos miedos, ese deseo de ser correspondidos.
La ternura del descubrimiento. Sentir por primera vez, querer y agarrarte al deseo con todas tus fuerzas, no queriendo que acabe nunca. Deseando perpetuar ese momento, ese encuentro, ese beso robado, ese roce, esos dedos entrelazados.
Call me by your name no va de homosexualidad, su historia es mucho más profunda e intensa. Va del AMOR, la verdad de sentimientos que nacen sin importar el género. Nos regala una lección de vida a la que todos debemos acudir en momentos de desaliento, la verdad en la que todos debemos basarnos. Estamos aquí para amar y ser amados, dejémonos llevar y sentir. No hay más preguntas, ni dudas.
Me quedo con todo de ella. Con sus planos lentos, en los que no pasa nada… simplemente se ve la vida pasar. Momentos que te transportan a ese verano a la italiana, sintiendo el calor y el roce del agua helada. Su estética es pura belleza, su ambiente ochentero está más que logrado. Sus silencios incómodos, sus planos cortos y emocionalmente intensos. Sus diálogos, destacando por encima de todos el momento padre e hijo, sencillamente soberbio. Porque hablar nunca fue tan difícil, y morir nunca fue tan fácil.
Call me by your name nos muestra el dolor del primer amor, el dolor del sufrimiento. Pero ese dolor nos hace fuertes, nos prepara para la vida y nos enseña a caminar. La lección más importante que nos regala es saber aprender de él, no dejar que lo aniquilen y sentirlo, sufrirlo y vivirlo con intensidad. Para después poder echar la vista atrás y saber que hemos vivido intensamente, saboreando la vida, no dejándonos nada por hacer… porque incluso el dolor más intenso nos regala los placeres más auténticos.
Laura no la he visto todavía, pero sin duda con tus fabulosos comentarios sobre la peli incitas de verdad a verla. Enhorabuena por tu Bloc.
¡Gracias Fernando!
100% recomendable. Espero tus valoraciones una vez la hayas visto 👍🏼